¿Se relaciona el clima con el estado de ánimo?

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De alguna manera somos conscientes de que el clima influye en nuestro estado de ánimo, pero ¿De qué forma impacta el caluroso verano o el frío invierno en nuestro estado emocional? A continuación te lo explicamos.

Una de las cosas que día a día no tomamos en cuenta, pero que influye de forma notoria en nuestras emociones y estado de ánimo es la luz. En base a esto, descubrimos que lo que influye en nuestro estado de ánimo no es el clima propiamente tal, sino la presencia, ausencia o escasez de luz en distintas estaciones del año. En ese contexto, cuando llega el invierno algunas personas son víctimas del trastorno afectivo estacional (SAD o TAE), que aunque no es tan común es considerado un problema psicológico real que produce sensibilidad emocional a causa de la falta de luz.

A menudo, suele confundirse el SAD con el mero rechazo al invierno, sin embargo, el SAD se caracteriza por los síntomas depresivos típicos de tristeza y desesperanza de larga duración y otros síntomas más atípicos, como la mayor duración del sueño y el deseo de carbohidratos. Los síntomas cognitivos, como la memoria y el aprendizaje de deterioro, también están presentes. Sin embargo, en cuanto llega la primavera, estos pacientes vuelven a recuperar las energías y la creatividad, y disminuye su ansiedad por los hidratos de carbono.

Varios estudios sobre los efectos estacionales sugieren que la exposición a la luz solar mejora inmediatamente el estado de ánimo y la cognición, y esto se ha observado no sólo en las personas con SAD, sino también en las personas diagnosticadas con otros tipos de depresión. Un estudio de 2008, publicado en la revista Emotion, evaluó las personalidades y estados de ánimo de más de 1.200 hombres y mujeres adultos a través de cuestionarios diarios. Al analizar los resultados, se encontraron con que el aumento de la temperatura tuvo un efecto positivo en la mayoría de personas con estado de ánimo negativo, mientras que el aumento del viento y la disminución de la luz solar tuvo un efecto negativo en la mayoría de las personas con dicho estado de ánimo, aunque estos efectos variaron de un individuo a otro.

Si bien la presencia de luz colabora a un buen estado de ánimo, el extremo calor –por otra parte– puede ser negativo a nivel emocional. Hay que considerar que la temperatura normal del cuerpo en reposo oscila entre los 36-37,5 ºC, mientras que la de la piel, en contacto con el exterior, es aproximadamente 0,5 grados menor. La capacidad del organismo para mantener su temperatura se debe a un sistema regido por el hipotálamo, que actúa equilibrando los mecanismos de producción y pérdida de calor mediante el aumento de la frecuencia cardíaca, la dilatación de los vasos para incrementar el flujo sanguíneo de la piel y generar pérdida de calor al exterior por irradiación, el aumento de la frecuencia respiratoria (para incrementar la cantidad de calor que expulsamos por el aire) y, por supuesto, la sudoración, que ayuda al enfriamiento corporal.

Todo el esfuerzo del cuerpo para adaptarse a la nueva temperatura es mayor cuando la temperatura es de extremo calor, y esa acción provoca efectos a nivel emocional como decaimiento, fatiga, irritabilidad y cambio en el ánimo. Además, cuando hace mucho calor cuesta conciliar el sueño y eso incrementa la sensación de cansancio y malestar general durante el día, que al final desencadena en peor humor.

¿Entonces qué clima es el mejor para el estado de ánimo? El templado. De esta forma, las temperaturas medias más cálidas en el invierno y las temperaturas medias más bajas en el verano estan correlacionadas con el aumento de la felicidad en las personas.

Bibliografía:

2018-01-23T08:17:41+00:00 Diciembre 28th, 2017|Categories: Salud, Todas las noticias|