Si bien el método científico es el camino más corto y confiable para garantizar la credibilidad de los descubrimientos, se trata de un concepto creado por seres humanos. En consecuencia, es vulnerable a presentar fallas o ser manipulado. En esta nota te contamos la historia de uno de los fraudes más memorables de la historia científica.
Hay veces en que las ganas de querer estar en la portada de una prestigiosa revista científica, o ganar un importante premio, hace que los científicos traicionen sus principios más profundos y caigan en prácticas poco admirables. Hwang Woo-Suk fue protagonista de uno de los más épicos fraudes de la ciencia gracias a su estudio sobre la clonación de embriones humanos. Sigue leyendo y conoce qué hizo.
El surcoreano Hwang Woo-Suk fue el primero de su pueblo en ir al instituto y a la universidad. Se licenció en veterinaria y se especializó en la reproducción animal con el fin de aplicar la biotecnología a ese campo y ayudar a los campesinos a mejorar su vida. En ese contexto, sus primeros pasos no se relacionan con la clonación de embriones humanos como se ve en el fraude sino con la clonación animal como vacas y cerdos.
Años después, el 2004, un equipo de científicos de Corea del Sur dirigido por Hwang Woo-Suk anunció ser los primeros en la historia en llevar a cabo la exitosa clonación de embriones humanos y además obtener células madre de ellos. Esto remeció el mundo científico y en mayo del 2005 anunciaron que clonaron células madre adaptadas a una persona determinada manipulando su contenido genético para hacerlas indistinguibles de las propias de la persona en cuestión. La comunidad científica estaba extasiada con este descubrimiento, pues suponía uno de los mayores avances en la medicina genética del último tiempo.
No obstante, tiempo después la comisión de investigación de la Universidad de Seúl encontró serias deficiencias en los procedimientos llevados a cabo por Hwang. Dichos estudios confirmaron que Hwang Woo-Suk había falsificado los resultados de sus experimentos y que jamás existieron tales células madre de pacientes específicos. Además tras descubrirse la mentira, el propio Hwang Woo-Suk admitió haber falsificado algunos datos. Esto provocó un escándalo de proporciones en el mundo científico y en la opinión mundial.
Este fraude además de dañar la reputación del científico, también provocó estragos en el prestigio de revistas científicas como “Science” en la que se publicó sus descubrimientos y que se caracterizaba por su acertado método de selección de las noticias. Sin embargo una de las mayores consecuencias fue la desilusión mundial al saber que enfermedades como el alzhéimer, el párkinson o la diabetes no iban a poder ser curadas como se creyó en un primer momento.
En el fraude se incluía la compra de óvulos humanos para sus experimentos, algo que las leyes bioéticas del país no permiten y la malversación de unos 470000 euros. Lo que él decía que estaba haciendo, era clonar embriones humanos, resultó ser falso ya que no eran clonados sino de óvulos fertilizados. Las células madre eran falsas.