Cuando pensamos en una mujer fascinante y admirable en el mundo de la ciencia, se nos viene a la mente sin duda alguna Marie Curie. Sus infinitos esfuerzos le valieron dos premios Nobel y el mismo Einstein una vez dijo: “La señora Curie es, de todos los seres célebres, el único que la gloria no ha corrompido”.
María Skladowska, más conocida como Marie Curie, nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia. Proveniente de una familia de escasos recursos, sus primeros años de vida, siempre demostró interés por leer, aprender y dejaba sorprendidos a todos por su mente brillante. Constantemente era vista instalada en la mesa con un libro entre las manos, y las orejas tapadas con las manos para no distraerse con otros ruidos. Así pasaba el día entero leyendo manuales escolares, poesías, relatos de aventuras y otras obras que tomaba de la biblioteca de su padre.
Junto a su hermana Bronia, fue admitida en sesiones llamadas “Universidad Volante”, que eran cursos clandestinos de anatomía, historia y sociología. Bronia logró ir a estudiar medicina en París, gracias a los ahorros que ambas juntaron. Una vez que Bronia se tituló como médico, Marie viajó a París a tomar cursos de cursos de matemáticas, física y química, y su profesor le pidió ayuda para unas investigaciones que le permitieron trabajar en el laboratorio de física. En ese momento, pese a que Marie de 26 años estaba perdidamente enamorada de la ciencia, apareció otro amor a revolver su mundo: Pedro Curie.
A los 30 años Marie ya contaba con dos licenciaturas, una en física y otra en matemáticas, y en un precario laboratorio de la Escuela de Física piensa seriamente en el tema de la tesis de su doctorado. En ese contexto, se detuvo en los trabajos del físico francés Bequerel publicados el año anterior. Bequerel había estudiado las sales de un “metal raro” el uranio, y observó un fenómeno imprevisto e incomprensible: que las sales de uranio emitían espontáneamente, es decir sin acción previa de la luz, rayos de naturaleza desconocida. Este fenómeno Marie le dio el nombre de radiactividad años más tarde. El origen de esa radiación era un enigma que intrigaba y maravillaba al matrimonio Curie. Eso entonces se transformó en el desafío y en el tema de su investigación.
Así comenzó un largo periodo de estudios, pruebas y experimentos. Durante 3 largos años analizaron kilos y kilos de residuos de uranio y, 45 meses después, en 1902 Marie logró obtener “un decigramo” de radio puro. Con esto pudo comprobar el peso atómico de la nueva sustancia y los químicos incrédulos admitieron oficialmente la existencia de radiación.
Así comenzó un largo periodo de estudios, pruebas y experimentos. Durante 3 largos años analizaron kilos y kilos de residuos de uranio y, 45 meses después, en 1902 Marie logró obtener “un decigramo” de radio puro. Con esto pudo comprobar el peso atómico de la nueva sustancia y los químicos incrédulos admitieron oficialmente la existencia de radiación.
Enseguida llegaron los reconocimientos a su gran labor. Premios, medallas y el Premio Nóbel de Física en 1903. Marie continuó trabajando, estudiando y dando clases, y Pedro fue nombrado Profesor de la Sorbona y obtuvo, con mucho esfuerzo, un nuevo laboratorio con Marie a su cargo. No obstante, la vida golpeó nuevamente a Marie y el año 1906 murió Pedro Curie. Pese a eso, siguió trabajando la Universidad de Sorbona eligieron a Marie para reemplazar el cargo de Pedro Curie en el laboratorio.
Los reconocimientos no cesaron y en 1911 recibió el Premio Nobel de Química por sus descubrimientos. Sus últimos días los pasó de sol a sol en el laboratorio hasta que, en julio de 1934, a los 67 años, murió debido a una fuerte anemia aplásica causada en parte por los efectos de su sobre exposición a la radiación a lo largo de su vida.
Bibliografía:
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Paulinelli C. (2011). María Curie, el amor por la ciencia. Revista Esfinge. Recuperado de: https://www.revistaesfinge.com/ciencia/fisica/item/734-33maria-curie-el-amor-por-la-ciencia
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El Universal. (2016). Marie Curie, una mujer de ciencia. Recuperado de: http://www.eluniversal.com.mx/articulo/ciencia-y-salud/ciencia/2016/11/7/marie-curie-una-mujer-de-ciencia